2 Sabéis que cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente
hacia los ídolos mudos.
3 Por eso os hago saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios,
puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!»
sino con el Espíritu Santo.
4 Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo;